martes, 17 de diciembre de 2013

13.483 Bronca bronca ronca y reparando un buzón ...


La mañana comenzó con una extensión del cisma de ayer, la única palabra que cruzó conmigo es "me quieres destrozar la casa" ha puesto patas arriba su habitación, el bajo entero, y mí habitación. Faltan cosas y a tirado o roto lo que le ha venido en gana.

Cualquier cosa genera un enfado de dimensiones épicas, toda su ira y problemas que los tiene, edad, agotamiento, salud, la desgracia de hijo, los lanza contra mí, aunque así es desde siempre, su vida no ha sido agradable, pero a trabajado incansablemente toda ella, mi madre tendrá sus cosas pero es un ejemplo de tenacidad y honestidad, entrega y sacrificio.

Bueno, estará varios días así, nunca dirá lo siento ni perdón y nunca recapacitará, desde su punto de vista tiene todo el derecho a pisar, gritar, insultar y machacar en este caso a mi.

Entre las cosas más peligrosas para uno mismo se encuentra el no saber encajar los envites de la vida y reflejar estos hacia otras personas o cosas exonerando a uno de toda responsabilidad.

Somos responsables de nuestros fracasos tanto como de nuestros éxitos, y no hay mayor fracaso que no saber asumirlos a veces las cosas son como son y no se pueden cambiar.

Siempre digo "NO PUEDO MÁS" pero aquí estoy con la vida destrozada, el corazón muerto y el alma perdida aguantando la tempestad perfecta. Ya como un inerte, podrido y decrépito tronco que se cae a jirones con cada envite del mar.

Curtido por la sal, sellados mis poros y petrificadas mis venas ya solo las olas mecen mi destino.


15:45 Tengo que desplazar este cuerpo a casa de mi tía para arreglar un buzón y una rueda de carretillo que dejé ayer cuando traía el cemento. Me cago en el tío de la bici que tengo que ir andando.

Amontonamiento, buzón, río ...
18:55 Buzón de mi tía arreglado, de vuelta un paseo por el cauce del río me anima un poco e intentar grabar una ruta por él. Cuanto cuesta ordenar el vació.

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